Una de las personas más brillantes en la historia de la Humanidad debe ser Sequoyah (1767-1843), un indio cherokee que vivió en la región del Mississippi y cuya proeza es poco conocida. Yo mismo no sabía de su existencia hasta hace un par de meses, y sin embargo no se me ocurre ningún otro individuo que haya realizado una obra comparable a la suya. ¿Que por qué tanta admiración? Veamos. Sequoyah era un herrero analfabeto que no hablaba inglés, como el resto de cherokees de su tiempo, pero como el resto de cherokees también había obervado que los blancos hacían marcas en papeles, después las descifraban... y obtenían grandes ventajas de ello.
Con esa sola información, Sequoyah se dio a la tarea de emular al hombre blanco. Su primera invención fue la de un sistema para la contabilidad del negocio. Creó una imagen para cada uno de sus clientes, a las que luego añadía círculos y rayas que representaban los pedidos que le hacían y el dinero que le adeudaban. Aunque útil, este rudimentario sistema no era el instrumento para representar la lengua cherokee que Sequoyah buscaba, por lo que su siguiente paso fue crearlo. Su primera tentativa fue la de anotar cada palabra con una imagen representativa, pero pronto advirtió que escribir de ese modo exigía demasiado trabajo, por lo que substituyó las imágenes por signos. De todos modos, cuando ya había creado cientos de signos y aún no había completado la tarea, comprendió que iba a necesitar algún otro método.
Su trabajo constante con la lengua probablemente le hizo notar el hecho que las palabras se componen de sonidos, y que estos sonidos se repiten en las distintas palabras. Esta fue la vía que siguió para su creación definitiva, un silabario de 85 signos que representaban las distintas sílabas de la lengua cherokee y mediante el cual se podía escribir cualquier palabra. Los signos de este silabario son letras del alfabeto inglés que copió de un libro de gramática, aunque evidentemente representan sonidos distintos (pues Sequoyah no sabía leer en inglés), más otros que él mismo creó. En poco tiempo los cherokees estaban usando este silabario e incluso llegó a editarse un diario con él. Tras crear el silabario Sequoyah dedicó los siguientes años a negociar con el gobierno norteamericano el reconocimiento de un territorio propio para la nación cherokee, así como a lograr la reunificiación de su pueblo. Precisamente murió durante un viaje a México mientras intentaba contactar a una parte del pueblo cherokee que se había establecido ahí.
Hasta aquí podríamos pensar que Sequoyah no era más que un tipo ingenioso que encontró una solución para un problema práctico de su gente. Sin embargo, si repasamos la historia de la escritura podremos apreciar mejor la excepcionalidad de este personaje. La primera forma histórica de escritura reconocida como tal es la llamada escritura cuneiforme, aparecida en Mesopotamia en el IV milenio a.C. En un principio se empleaba para la contabiliad y consistía en una serie de muescas, que representaban unidades de medida, más un pictograma que representaba lo que se estaba contando.
El uso de esta forma de escritura se fue ampliando, desde su función original para llevar registros a la escritura de todo tipo de textos (leyes, historias...) por lo que se fueron creando nuevos pictogramas que permitieran representar todo tipo de ideas complejas. Sin embargo, a medida que se extendía el uso de la escritura se produjo también un cambio en la forma de los pictogramas. En un principio representaban alguna cosa de forma realista (por ejemplo el dibujo de un pez para representar la palabra pez), pero poco a poco su trazo se fue estilizando y simplificando para facilitar la escritura, hasta el punto que los pictogramas acabaron siendo signos convencionales que sólo muy vagamente recordaban la palabra representada. Los jeroglíficos egipcios son la forma más conocida de esta forma de escritura.
Precisamente en Egipto hacia el 2,700 a.C. se dio un nuevo paso hacia el alfabeto moderno. Se tomaron unos pocos jeroglíficos para representar las distintas sílabas del idioma egipcio, precisamente la primera sílaba de la palabra representada por el jeroglífico. De este modo la escritura dejó definitivamente de ser realista (un signo para representar un objeto o idea) y pasó a ser fonológica, en la que cada signo representaba un conjunto de sonidos (sílabas). La última modificación para tener un alfabeto era el de emplear signos distinos para cada sonido, estadio que finalmente alcanzaron los fenicios hacia el año 1,000 a.C. partiendo del sistema silábico egipcio.Su trabajo constante con la lengua probablemente le hizo notar el hecho que las palabras se componen de sonidos, y que estos sonidos se repiten en las distintas palabras. Esta fue la vía que siguió para su creación definitiva, un silabario de 85 signos que representaban las distintas sílabas de la lengua cherokee y mediante el cual se podía escribir cualquier palabra. Los signos de este silabario son letras del alfabeto inglés que copió de un libro de gramática, aunque evidentemente representan sonidos distintos (pues Sequoyah no sabía leer en inglés), más otros que él mismo creó. En poco tiempo los cherokees estaban usando este silabario e incluso llegó a editarse un diario con él. Tras crear el silabario Sequoyah dedicó los siguientes años a negociar con el gobierno norteamericano el reconocimiento de un territorio propio para la nación cherokee, así como a lograr la reunificiación de su pueblo. Precisamente murió durante un viaje a México mientras intentaba contactar a una parte del pueblo cherokee que se había establecido ahí.
Hasta aquí podríamos pensar que Sequoyah no era más que un tipo ingenioso que encontró una solución para un problema práctico de su gente. Sin embargo, si repasamos la historia de la escritura podremos apreciar mejor la excepcionalidad de este personaje. La primera forma histórica de escritura reconocida como tal es la llamada escritura cuneiforme, aparecida en Mesopotamia en el IV milenio a.C. En un principio se empleaba para la contabiliad y consistía en una serie de muescas, que representaban unidades de medida, más un pictograma que representaba lo que se estaba contando.
El uso de esta forma de escritura se fue ampliando, desde su función original para llevar registros a la escritura de todo tipo de textos (leyes, historias...) por lo que se fueron creando nuevos pictogramas que permitieran representar todo tipo de ideas complejas. Sin embargo, a medida que se extendía el uso de la escritura se produjo también un cambio en la forma de los pictogramas. En un principio representaban alguna cosa de forma realista (por ejemplo el dibujo de un pez para representar la palabra pez), pero poco a poco su trazo se fue estilizando y simplificando para facilitar la escritura, hasta el punto que los pictogramas acabaron siendo signos convencionales que sólo muy vagamente recordaban la palabra representada. Los jeroglíficos egipcios son la forma más conocida de esta forma de escritura.
Pues bien, Sequoyah recorrió cada uno de los pasos que se recorrieron en el Medio Oriente durante el proceso de invención de la escritura. Tan sólo le faltó la última etapa, la de pasar del silabario al alfabeto, como hicieron los fenicios. Aunque quien sabe si lo hubiera alcanzado a hacer de haber vivido más tiempo. En definitiva, en veinte años recorrió el mismo camino que a la Humanidad le había supuesto miles de años. ¿Alguien conoce una gesta similar?
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