domingo, 22 de febrero de 2009

ENERGÍAS RENOVABLES

Pocas cosas dan tanto buen rollo como las energías renovables. Se juntan ahí la conciencia medioambiental con la tecnología punta, dando un resultado tremendamente sexy que se manifiesta en la atractiva pulcritud de paisajes como cerros con modernos molinos de viento o llanos cubiertos de placas solares. En definitiva, las energías renovables prometen un futuro en el que se dispondrá de una fuente masiva e inagotable de energía sin ningún coste medioambiental. Pero, ¿podemos estar seguros de eso? No es la primera vez en la historia que se crea una expectativa similar, y sin embargo hasta ahora no he oído ninguna voz de alarma.
Desde que en el siglo XIX nació el culto por la ciencia, todas las generaciones se han entusiasmado con nuevos adelantos tecnológicos que parecían encaminar a la Humanidad hacia una especie de paraíso en la Tierra, y que poco después han demostrado tener efectos secundarios adversos en el mejor de los casos, y catastróficos en el peor. Veamos algunos ejemplos. Los años cincuenta fueron los del programa "Átomos para la Paz", impulsado por las autoridades norteamericanas, que sostenía que la energía atómica iba a proporcionarnos energía abundante, barata y limpia. En los sesenta el DDT se anunció como un producto mágico que iba a resolver el problema del hambre en el mundo acabando con todas las plagas. Los noventa vieron el nacimiento de los transgénicos, otra panacea para acabar con el hambre y alimentar a una población mundial creciente. Ninguna de estas tecnologías han resuelto los problemas que debían afrontar, más bien han resultado un fiasco o plantean angustiosos interrogantes acerca de su peligro para el futuro de la Humanidad.
Muy bien, ¿pero qué pueden tener de malo las energías renovables?, se preguntarán. En sí mismas nada, como tampoco debería tener nada de malo el desarrollo científico en el campo de la física atómica o de la genética, el problema somos nosotros. Veamos, la energía sirve para transformar la materia, para mover objetos, para iluminar ambientes... En suma, para modificar el medio en el cual vivimos. En caso de que fuera cierto que en un futuro cercano el ser humano dispondrá de cantidades inverosímiles de energía para realizar todo este tipo de acciones, ¿a nadie le aterra pensar las cosas que seremos capaces de hacer?

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